El grupo JPIC Roma de la comisión UISG-USG invitó al Movimiento Laudato Si’ a participar en la apertura de la Semana Laudato Si’ en los Jardines Vaticanos el 9 de mayo. Fue un momento conmovedor y profundo de oración, reflexión e intercambio sobre el tema de la SLS de este año, “Semillas de Esperanza”.
Religiosas y Religiosos de casi 20 congregaciones con sede en Roma se reunieron en la Gruta de Lourdes en los Jardines Vaticanos, a los pies de la Inmaculada María, reflexionando sobre lo que significa ser “semillas de esperanza”. La celebración fue introducida por la Hna. Maamalifar Poreku, co-secretaria ejecutiva de la comisión de JPIC de la UISG.
Hna. Maamalifar comenzó afirmando que “la esperanza, la fe y el amor representan una brújula moral para nosotros los cristianos”. Luego mencionó que San Pablo, en Corintios 13, nos recuerda el papel fundamental que desempeña el amor en la vida cristiana. “Estamos llamados a reflejar a Cristo en nuestras vidas, y para lograrlo debemos esforzarnos continuamente por encarnar el amor en todas nuestras interacciones y esfuerzos. Tenemos que amarnos los unos a los otros y amar la creación, como un don de Dios. Debemos estar atentos como individuos y como comunidad y debemos plantar semillas para que se multipliquen y florezcan”.
A continuación se cantó una canción de apertura, «What a wonderful world», y se procedió a la lectura colectiva de las Bienaventuranzas inspirada en Laudato Si’. Posteriormente, el grupo se embarcó en un paseo contemplativo por los Jardines para reflexionar sobre la interconexión de la naturaleza y la espiritualidad, inspirándose en la belleza y la diversidad de la creación.
Los participantes se reunieron en grupos de 3 para reflexionar y compartir experiencias personales sobre justicia, paz y semillas de esperanza antes de unas palabras de clausura. El Padre Ken Thesing, de la Familia Maryknoll, dirigió al grupo en una oración de acción de gracias a nuestra Santísima Virgen María, por el hermoso tiempo pasado juntos en la Belleza de la Creación.
La canción «¡Ave, Ave, Ave María!» fue cantada por todo el grupo al unísono a los pies de la Virgen María, bendecida por la Hermana Rain, que refrescó a los reunidos del calor de aquel día soleado.