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Los hábitats de Santa Kateri rinden homenaje a la creación

El pasto anual que Margaret Lilley plantó en la granja de las Hermanas Franciscanas de Filadelfia se suponía que moriría en el invierno.

Pero, como otra muestra del cambio climático, el invierno fue demasiado cálido en el sudeste de Pennsylvania en EE.UU. como para destruir la capa de césped.

En mayo, sin embargo, Lilley arrancará la hierba de la franja de 56 metros cuadrados de tierra para plantar un jardín que ayudará a la granja a luchar contra el cambio climático y traer de vuelta a los vitales polinizadores.

Margaret Lilley
Kat Hoenke

Esta zona pronto se convertirá en un hábitat de Santa Kateri

Los Hábitats de Santa Kateri ayudan a atraer a los polinizadores vitales a través de sus plantas nativas

Los Hábitats de Santa Kateri deben tener al menos una expresión de carácter religioso

En mayo, para celebrar la Semana Laudato Si’, Lilley, las hermanas y el Centro de Conservación Saint Kateri sembrarán las primeras plantas de un hábitat Santa Kateri en la Granja Red Hill.

El hábitat contará con una gran variedad de plantas autóctonas, como el algodoncillo, el Alexander de oro y el solidago, que tendrán diferentes alturas y colores y florecerán en diferentes épocas del año.

«Mientras más biodiversidad tenga el hábitat, tiene más facilidad para adaptarse al cambio climático», dijo Kat Hoenke, directora del programa de voluntarios del Centro de Conservación Saint Kateri, una organización sin fines de lucro dirigida por personal voluntario en Estados Unidos.

Las plantas albergarán un grupo igualmente diverso de polinizadores, como las abejas albañiles, las mariposas monarca y cola de golondrina, entre otros insectos. Los polinizadores desempeñan un papel vital en el ecosistema ya que transportan los granos de polen y fertilizan las plantas, dando lugar a nueces y frutos.

No obstante, los insectos se han visto amenazados por el cambio climático, que ha traído consigo temperaturas más cálidas y el acortamiento de los inviernos en algunas partes del mundo.

«Tres de cada cuatro cultivos en todo el mundo que producen frutos o semillas para uso humano como alimento dependen, al menos en parte, de los polinizadores», según el informe «Por qué son importantes las abejas», publicado en 2018 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Los insectos tienden a adaptarse mejor a las plantas nativas porque algunos de ellos han evolucionado con ciertas plantas. Las orugas de la mariposa monarca, por ejemplo, solo comen algodoncillo.

«Si no pueden poner sus huevos y convertirse en mariposa y luego polinizar, es simplemente un fracaso», dijo Hoenke.

Se acercó a las hermanas, entre las cuales se encuentra su tía, con la esperanza de trabajar con ellas.

La granja ya utiliza prácticas orgánicas, rotación de cultivos y otros métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente, dijo Lilley, la administradora de la granja. Incorporar un hábitat lleno de plantas autóctonas que lleva el nombre de una santa patrona de la ecología fue una «combinación ideal».

La finca es sede de eventos habituales y opera una granja agrícola comunitaria donde se cultivan productos para unos 120 miembros y las 45 hermanas que viven en el convento.

«También hay un componente educativo, donde podemos enseñar qué son las plantas nativas, qué son los polinizadores y cómo influyen en el medio ambiente», dijo Lilley.

Según señaló Hoenke, el Centro de Conservación Saint Kateri tiene 50 hábitats en Estados Unidos y trabaja con organizaciones y familias para convertir sus lotes de tierra o patios en hábitats saludables en honor a Santa Kateri Tekakwitha, santa patrona de los Pueblos Nativos Americanos y de los Pueblos de las Primeras Naciones, de la ecología y del medio ambiente.

Hoenke señaló que muchas entidades y familias no tienen idea de cuánto puede ayudar a la creación la plantación de especies nativas y recordarnos la conexión que todos tenemos.

«Sólo se trata de cambiar la mentalidad de la gente, ‘Deberías sembrar estas para ser parte del sistema'». Esto hace parte de la ecología católica, y todos deberíamos trabajar en el sistema que Dios nos dio», dijo Hoenke, quien realizó su maestría en gestión ambiental sobre la ciencia y conservación de ecosistemas.

Sus palabras son un eco de las del Papa Francisco en Laudato Si’: «Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a otros». (LS 42)

El Centro de Conservación Santa Kateri tiene una lista de requisitos que deben cumplir los hábitats, incluyendo al menos una expresión religiosa, para obtener la certificación. Hoenke y sus colegas guían gratuitamente en el proceso a las diversas entidades interesadas.

«Realmente sólo estamos tratando de que la gente cambie la forma en que administran su entorno y sus propiedades, y tenemos los recursos y el conocimiento para ayudarlos», dijo Hoenke.

Los grupos habían programado organizar un evento más grande para la plantación del hábitat de la granja. Pero debido al coronavirus, Lilley planea plantar el jardín con un grupo más pequeño durante la Semana Laudato Si’, del 16 al 24 de mayo.

«Incluso si solo somos unos pocos trabajando en ello, mantendremos una distancia segura entre nosotros», dijo.

Habrá mucho tiempo en los próximos años para que toda la comunidad celebre y disfrute del hábitat.

«A través de los años, seguirá mejorando», dijo Lilley. «Se llenará y mejorará cada vez más, y seguirá siendo parte de la granja».

Margaret Lilley

En mayo, para celebrar la Semana Laudato Si’, Lilley, las hermanas y el Centro de Conservación Saint Kateri sembrarán las primeras plantas de un hábitat Santa Kateri en la Granja Red Hill.

El hábitat contará con una gran variedad de plantas autóctonas, como el algodoncillo, el Alexander de oro y el solidago, que tendrán diferentes alturas y colores y florecerán en diferentes épocas del año.

«Mientras más biodiversidad tenga el hábitat, tiene más facilidad para adaptarse al cambio climático», dijo Kat Hoenke, directora del programa de voluntarios del Centro de Conservación Saint Kateri, una organización sin fines de lucro dirigida por personal voluntario en Estados Unidos.

Kat Hoenke

Las plantas albergarán un grupo igualmente diverso de polinizadores, como las abejas albañiles, las mariposas monarca y cola de golondrina, entre otros insectos. Los polinizadores desempeñan un papel vital en el ecosistema ya que transportan los granos de polen y fertilizan las plantas, dando lugar a nueces y frutos.

No obstante, los insectos se han visto amenazados por el cambio climático, que ha traído consigo temperaturas más cálidas y el acortamiento de los inviernos en algunas partes del mundo.

«Tres de cada cuatro cultivos en todo el mundo que producen frutos o semillas para uso humano como alimento dependen, al menos en parte, de los polinizadores», según el informe «Por qué son importantes las abejas», publicado en 2018 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Esta zona pronto se convertirá en un hábitat de Santa Kateri

Los insectos tienden a adaptarse mejor a las plantas nativas porque algunos de ellos han evolucionado con ciertas plantas. Las orugas de la mariposa monarca, por ejemplo, solo comen algodoncillo.

«Si no pueden poner sus huevos y convertirse en mariposa y luego polinizar, es simplemente un fracaso», dijo Hoenke.

Se acercó a las hermanas, entre las cuales se encuentra su tía, con la esperanza de trabajar con ellas.

La granja ya utiliza prácticas orgánicas, rotación de cultivos y otros métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente, dijo Lilley, la administradora de la granja. Incorporar un hábitat lleno de plantas autóctonas que lleva el nombre de una santa patrona de la ecología fue una «combinación ideal».

La finca es sede de eventos habituales y opera una granja agrícola comunitaria donde se cultivan productos para unos 120 miembros y las 45 hermanas que viven en el convento.

«También hay un componente educativo, donde podemos enseñar qué son las plantas nativas, qué son los polinizadores y cómo influyen en el medio ambiente», dijo Lilley.

Según señaló Hoenke, el Centro de Conservación Saint Kateri tiene 50 hábitats en Estados Unidos y trabaja con organizaciones y familias para convertir sus lotes de tierra o patios en hábitats saludables en honor a Santa Kateri Tekakwitha, santa patrona de los Pueblos Nativos Americanos y de los Pueblos de las Primeras Naciones, de la ecología y del medio ambiente.

Los Hábitats de Santa Kateri ayudan a atraer a los polinizadores vitales a través de sus plantas nativas

Hoenke señaló que muchas entidades y familias no tienen idea de cuánto puede ayudar a la creación la plantación de especies nativas y recordarnos la conexión que todos tenemos.

«Sólo se trata de cambiar la mentalidad de la gente, ‘Deberías sembrar estas para ser parte del sistema'». Esto hace parte de la ecología católica, y todos deberíamos trabajar en el sistema que Dios nos dio», dijo Hoenke, quien realizó su maestría en gestión ambiental sobre la ciencia y conservación de ecosistemas.

Sus palabras son un eco de las del Papa Francisco en Laudato Si’: «Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a otros». (LS 42)

Los Hábitats de Santa Kateri deben tener al menos una expresión de carácter religioso

El Centro de Conservación Santa Kateri tiene una lista de requisitos que deben cumplir los hábitats, incluyendo al menos una expresión religiosa, para obtener la certificación. Hoenke y sus colegas guían gratuitamente en el proceso a las diversas entidades interesadas.

«Realmente sólo estamos tratando de que la gente cambie la forma en que administran su entorno y sus propiedades, y tenemos los recursos y el conocimiento para ayudarlos», dijo Hoenke.

Los grupos habían programado organizar un evento más grande para la plantación del hábitat de la granja. Pero debido al coronavirus, Lilley planea plantar el jardín con un grupo más pequeño durante la Semana Laudato Si’, del 16 al 24 de mayo.

«Incluso si solo somos unos pocos trabajando en ello, mantendremos una distancia segura entre nosotros», dijo.

Habrá mucho tiempo en los próximos años para que toda la comunidad celebre y disfrute del hábitat.

«A través de los años, seguirá mejorando», dijo Lilley. «Se llenará y mejorará cada vez más, y seguirá siendo parte de la granja».